La resequedad en la piel es un problema muy frecuente que afecta a muchas personas por diversas razones, si no queremos que la piel se deteriore debemos estar atentos, porque este problema no solo resulta antiestético, sino que también influye en la salud del cabello y a largo plazo favorece la aparición de molestos síntomas.
Una piel seca puede sentirse áspera, irritada, agrietada, con descamación, picazón. El primer factor causante de ello es el clima, con la llegada del invierno la humedad del aire disminuye y el frío provoca menor microcirculación sanguínea, que afecta la nutrición de la piel. Cuando la estación cambia a verano, exponerse al sol sin protección permite que los rayos UV penetren en las capas de la piel, deteriorando la elastina y el colágeno, que son los encargados de mantenerla firme, elástica e hidratada.
Igualmente, quedarse en casa con la calefacción o el aire acondicionado puede causar resequedad, debido a que estos generan aire seco que absorbe la humedad de la piel.
Otra costumbre responsable de la resequedad es bañarse con demasiada frecuencia o quedarse mucho tiempo bajo el agua, y peor si es con agua caliente, porque nuestra piel tiene una barrera creada por proteínas y grasas naturales que la protegen de factores externos. El agua deteriora la barrera lipídica privando a la piel de esta protección y resecándola. También influye el uso de jabones, detergentes, productos químicos y de higiene muy agresivos.
Del mismo modo, es importante mencionar que la mala alimentación es otro culpable de que la piel se afecte, ya que el cuerpo no recibe los nutrientes y la cantidad de líquidos que necesita. En otros casos puede deberse a un factor hereditario e incluso por padecer de alguna enfermedad como la psoriasis, hipotiroidismo o dermatitis.
Finalmente, cabe destacar que la edad también justifica la aparición de este problema, puesto que el paso de los años genera una disminución en la cantidad de glándulas sebáceas y por ende se afecta la capacidad de mantener la piel hidratada.
Ten en cuenta que debes humectar tu piel por lo menos 2 veces al día con productos adecuados; el secreto está en que busques una crema hidratante altamente especializada con factores naturales de hidratación e ingredientes liposomados como urea, ácido láctico y D-Pantenol, que lograrán que tu piel luzca suave, tersa e intensamente hidratada.
El producto que uses también debe ayudarte a promover las proteínas de la piel involucradas en la hidratación. Lee atentamente que sus componentes puedan restaurar la barrera de protección cutánea, con aportes de vitamina E y lípidos similares a los de la estructura propia de la piel, estos pueden ser: pro-ceramidas y ácidos grasos esenciales (Omegas 3, 6 y 9).
Complementa la hidratación con una leche corporal nutritiva de fácil aplicación, que mantenga joven y humectadas hasta las zonas más extensas de tu cuerpo, ve que contenga isoflavonas de soya y vitaminas antioxidantes; porque además de darle alivio inmediato a la resequedad, limitará la aparición de arrugas y líneas de expresión.
Otras recomendaciones son: bañarse una vez al día evitando el agua muy caliente, usar jabones y productos de limpieza e higiene que preferiblemente no tengan sustancias irritantes; evitar exponerse demasiado tiempo al sol sin protección, aumentar la humedad del ambiente colocando humificadores y tomar abundante agua.
Sigue estos consejos y tu piel agradecerá cada mimo que le des luciendo sana y hermosa.